Pirograbar no es ni más ni menos que realizar dibujos, empleando como herramienta el calor.
Para realizar estos dibujos, se emplea lo que conocemos como pirograbador. Una herramienta especialmente diseñada para este fin. Su forma es como un lápiz grueso con empuñadura de plástico, que se conecta a la red eléctrica generando calor. Este calor se concentra en la punta metálica del pirograbador y alcanza altas temperaturas, capaces de quemar una superficies cuando se presiona con la punta sobre ella.
La marca que deja el pirograbador sobre la superficie depende de la forma de la punta metálica. Existen gran variedad de formas para estas puntas intercambiables, que permiten realizar diferentes tipos de marcas.
Es posible pirograbar gran cantidad de materiales: cuero, corcho, goma eva, fieltro… aunque el más utilizado es la madera, en todos sus formatos. Los trazos también dependerán de la presión que se ejerce con el pirograbador. A mayor presión, las marcas serán más profundas y de color más oscuro y viceversa. De esta forma es posible jugar con una gama de colores para crear sombras y efectos en el dibujo.
Es una técnica muy utilizada en manualidades para decorar objetos sencillos. Sin embargo existen artistas que realizan verdaderas obras de arte con esta técnica.
