Hygge es un término que proviene del danés y significaría en la lengua de Cervantes algo así como “divertido” o “feliz” y parte de una acepción filosófica en la que se reivindica la importancia de conseguir placeres en las cosas pequeñas y sencillas de la vida. También describe una forma de vivir en la que recobra importancia procurarse la felicidad y la comodidad, más allá de la tendencia predominante en el mundo, que apunta a la acumulación de riquezas y honores. Pudiera decirse que la misma gira en torno del ser humano y la consecución de los fines del alma, a la vez que fomenta el agradecimiento por las cosas que se poseen (tanto materialmente como desde el punto de vista espiritual), mientras resta atención a aquello que nos falta.

Esta corriente del pensamiento también ha inspirado un modo de decoración, que justamente se centra en las propias necesidades de cada ser humano para sentirse a gusto y realizado, llevando a que cada configuración de espacios sea distinta para cada quien. En este sentido, se rompe con moldes y estereotipos en materia de decoración. No obstante, muchos de los que se decantan por este tipo de configuración estética y funcional, suelen seguir patrones influenciados por elementos nórdicos, que nos hacen pensar en lo que se podía conseguir en una cabaña vikinga, pero también incluye ciertos parámetros de decoración actuales. Por tanto, es común constatar la utilización de decoración rústica e irregular, con detalles geométricos y de acabados elaborados.

Importancia de la interacción interior-exterior

Los hogares hygge, se caracterizan por no ser una unidad que se aísla de su entorno, como ocurre con otros tipos de decoración; sino que integra lo exterior con lo interior. Desde algún punto de vista, pudiera considerarse que el interior de nuestras casas es una “continuación” del entorno. Para lograr esto, defienden la necesidad de disfrutar de los balcones al aire libre y los jardines, haciéndolos confortables y aprovechándolos para la contemplación y la introspección, así como para socializar con amigos y seres queridos.

Por otra parte, el aprovechamiento de la luz natural es una de las principales normas no escritas de este tipo de decoración, pues ésta debe aportar claridad, sin llegar a resultar excesiva.

Otro aspecto que también resulta muy común en este tipo de configuraciones, es la inclusión de chimeneas, que nos permitan obtener luz y calidez, mientras disfrutamos de nuestro libro predilecto en un sofá confortable, disfrutando un chocolate caliente o un café. Estos elementos son muy comunes en las casas danesas, en virtud del gélido clima de esas latitudes. Pero, si el clima de tu país es bastante cálido, también puedes utilizar velas como medio de otorgar luz a algunos espacios. En este tipo de decoración, las fuentes de luz tradicionales no se enfrentan con las más modernas; sino que, al contrario, se integran.

Colores claros

Este tipo de decoración insiste en la utilización de una gama de colores claros y tonos pastel. Esto coadyuva a otorgar esa sensación de serenidad y familiaridad, pues como sabemos, los colores tienen repercusiones importantes sobre nuestros estados de ánimo. Asimismo, se evitan los colores estridentes o muy llamativos, por cuanto se considera que no fomentan la armonía que se pretende lograr bajo esta perspectiva. Otro medio para lograr este cometido, es la utilización de espacios libres de muebles. La saturación de objetos y mobiliario, no representa los cánones de lo Hygge.

Madera

La utilización de madera en los elementos decorativos y en el mobiliario, es un axioma transversal en cuanto a esteticidad. En muchas ocasiones, conviven mesas y sofás hechos con troncos rústicos, con desayunadores elaborados en tablones de ese material, de finos acabados y formas regulares. Lo más común es preservar visualmente las vetas de la madera, con la intención de mantener el sentido orgánico de este tipo de decoración. Sin embargo, esto no impide que algunas personas decidan cubrir esas líneas con colores sólidos. Lo cierto es que es muy importante en este tipo de decoración, así como en cualquier otro, añadir un toque de gusto personal, que nos permita sentirnos cómodos.

Telas

En cuanto a la cobertura del mobiliario y otros detalles ornamentales, se suele utilizar lana, lino, algodón o pieles. Este tipo de materiales son muy utilizados para otorgar sensación de calidez y acogimiento. Algunas personas suelen utilizar un tipo de tela específico, para dar sensación de uniformidad; mientras que otras emplean dos o más de ellas, para otorgar variedad.

Recuerdos

Muchos de nuestros recuerdos más trascendentales pueden integrarse en este tipo de configuración. Recordemos que la decoración Hygge responde a un trasfondo filosófico, que rescata la importancia de nutrir no sólo el cuerpo, sino también el alma; ¿y qué puede existir que sea más importante para lograr este fin que los recuerdos más preciados? Es por ello que muchos optan por decorar paredes con dibujos regalados, cartas, fotografías, entre otros.

Vegetación

La presencia de lo verde, también otorga a los hogares una sensación de estar relacionado con la naturaleza. En los hogares Hygge tienden a emplearse diversas plantas decorativas, como medio de apoyo a la configuración orgánica que se pretende promover. Muchos deciden colocarlas en ventanas o mesas, mientras que otros las disponen en balcones o esquinas dentro de la casa.

Por Miguel

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